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Manual Para Litigantes Del Procedimiento Nacional Acusatorio Y Oral - Eduardo Martínez-Bastida
Manual Para Litigantes Del Procedimiento Nacional Acusatorio Y Oral - Eduardo Martínez-Bastida
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Editorial: FLORES EDITOR Y DISTRIBUIDOR
Edición: 2024
ISBN: 9786075730899
Hablar del proceso penal no es un espacio común, aunque quizá debería de serlo en esas sociedades donde el poder político abusa notoriamente del poder punitivo al erigirlo como uno de los más eficaces esquemas de control social. Ello se origina de ordinario cuando las habilidades políticas son más vulnerables en torno de la legitimidad y credibilidad de las acciones públicas. El proceso penal puede ser abordado desde una perspectiva normativa que termina justificando las construcciones dogmáticas de la dominación punitiva y esa, quizá, es una de las tareas más fáciles y sencillas a las que la literatura -en un porcentaje considerable- se ha esmerado en construir en los últimos siglos en el mundo occidental. Ciertamente, como ha ocurrido en el control ideológico de otras áreas, la difusión o justificación del proceso penal ha transcurrido en etapas diversas que llevan a considerarlo como una salvaguarda de los derechos de las personas involucradas. Al proceso penal se le han atribuido propiedades, inclusive, casi de carácter mágico como es el acceso a la justicia, la reparación del daño, la prevención del crimen y, sobre todo, la reafirmación del Estado a través de una expresión onomatopéyica denominada “Estado de Derecho”. El proceso penal inició antes de que fuera objeto de análisis u objeto de ideologización, razón por la cual siempre deberemos tomar con reservas las interpretaciones o, mejor dicho, justificaciones a pie juntillas de las estructuras procesales que surgieron en diferentes momentos históricos y a cuya genealogía deberíamos siempre atender. Un ejemplo de la afirmación anterior es la escuela procesal italiana inaugurada por Cinna Da Pistola, Bartulo de Sasoferrato y Baldo, autores esenciales de cualquier estudio profundo de la ciencia procesal penal. Y sí, fueron precisamente los italianos del siglo XIV quienes comenzaron con estos estudios contraponiéndose de manera valiente al fundamento ideológico del proceso penal contemporáneo representado por la obra manual de inquisidores de Nicolai Emeryco.
